La entrevista que continuación usted leerá, es gracias a la amable autorización de Migros Magazine para Indochine Perú. Saludo su profesionalismo y su predisposición para atender a mi solicitud de autorización.
Nicola Sirkis |
En el fondo, sí. Es casi irracional. Que se diga eso de una canción de los Beatles, sí, pero de uno de los nuestros...
Al mismo tiempo, los "Fab Four"[The Beatles.NDT] permanecieron juntos sólo siete años. Indochine dura treinta y cinco años...
Como su título lo indica, nosotros estamos lanzando nuestro 13º álbum. Que, en cada uno de entre ellos, una o dos canciones entran en un universo y duran porque ellas han impactado a mucha gente, es un poco mágico. No existe receta, si no todo el mundo lo tomaría una parte como aquella la de una famosa soda. Digamos que es ese tipo de sentimiento que impulsa para continuar. Y yo estoy orgulloso de haber llevado a este grupo por más de tres décadas de música y en un mundo que ha cambiado mucho manteniendo una ética positiva y una cierta libertad de creación.
El verano pasado, usted ha creado una cierta sorpresa tocando en varios festivales, entre otros en Sion. El público obviamente ha respondido presente y la magia del reencuentro ha tenido lugar de nuevo. No está mal para un grupo que muchos predijeron que no pasaría el verano de 1981...
Sí, todavía estamos aquí. Con dos o tres generaciones de audiencia ante nosotros. Yo nunca busqué complacer a cualquier precio, ni giré al mismo a favor del viento para seguir vendiendo discos. Yo siempre creí totalmente en este grupo, en nuestra música. Hemos vivido salidas de algunos miembros, el drama de la desaparición de mi hermano, hemos pasado periodos largos y difíciles en términos de ventas y un hermoso renacimiento, pero en el momento donde nadie vendía discos. No importa, la pequeña llama nunca se ha extinguido. Yo creo que el espíritu Indo es lo que cuenta para el público.
¿Su nuevo álbum 13, es también el inicio de un nuevo ciclo?
Sí. Yo abordo cada álbum como un nuevo período de mi vida. Como un estilista una nueva colección o un director de una nueva película. Existe, por lo tanto, un vinculo interno entre cada canción, escrita al mismo tiempo. Nuestro 12º álbum, Black City Parade, por ejemplo, nació un poco fortuitamente. Después de haberlo hecho, me di cuenta de que habíamos ido por todas partes para grabar y concebirlo. Aquí [en el álbum 13. NDT], es muy diferente. Hay el símbolo del 13, y quería que fuera lo mejor posible, como si fuera el último.
¿En serio?
Ya somos muy afortunados de tener tal libertad artística y tantos medios en vista del estancamiento del mercado de la música. En todo caso metí presión a mí mismo. Tuve que cancelar tres sesiones de estudio y reenviar al grupo a casa, porque yo no estaba completamente satisfecho. Cada canción, incluso si no se convierte en un éxito, debe permanecer un estándar. Y luego pasaron muchas cosas entre 2015 y 2016, con acontecimientos de gran violencia que cayeron en nuestro país, que los textos debían necesariamente estar impregnados.
De ahí este sueño de otro lugar que abre el álbum...
Sí, la historia de un tipo que se embarca en su nave espacial, cortando toda comunicación y busca un mundo mejor. El sueño no se ha vuelto difícil, lo que es, es todavía tener el impulso de escribir música necesariamente ligera en relación con la gravedad de las cosas. Creo que tenemos la suerte de tener un público que viene a vernos no sólo para escuchar nuestros antiguos éxitos, sino con la curiosidad de escuchar lo nuevo que hemos hecho. Es un lujo increíble, también.
El público también se apresura con la certeza de un verdadero espectáculo y eso mucho antes del Stade de France, ¿verdad?
Nos gustan los conciertos que duran y que llevan a la gente a un gran viaje. El sonido, la imagen, la decoración del escenario, todo esto se trabaja con mucha antelación. Siempre ha habido algo mágico con Indochina en el escenario. Desde ese concierto en 1981 donde nos lanzamos sin experiencia y por otro lado a veces sin mucho saber tocar. Íbamos justo con nuestro corazón. Hoy en día tenemos mucha experiencia y medios, y queremos seguir reservando un momento especial al público, respetarlo sin los precios de las entradas prohibitivos o lugares VIP. La música debe seguir siendo un inmenso espacio de libertad.
¿También un poder?
Emocional en todo caso. ¿Suficiente para cambiar el mundo? Sin duda no. Sin embargo, algunas canciones no han estado tan lejos. Y si no han sido el motor del cambio, ellas lo han acompañado.
A veces incluso hasta convertirse en el símbolo. Cuando el tercer sexo se convierte en el himno del matrimonio para todos, por ejemplo...
La fraternidad de una lucha justa. Escrito en 1985, esta canción sigue siendo de actualidad. Y todavía recibo regularmente mensajes de agradecimiento de uno o de una adolescente implicada. Es un poco triste y al mismo tiempo sé que este texto ha permitido a muchos jóvenes sentirse menos estigmatizados.
En 2013, es el clip de la canción College Boy - dirigida por Xavier Dolan - que crea controversia, porque las imágenes que muestran la humillación y la violencia sufrida por un joven por parte de sus compañeros de clase son consideradas demasiado insoportables. Treinta años después de sus inicios, ¿la sociedad se ha vuelto aún menos libre?
No fue forzosamente obvio escribir tercer sexo en ese época, eh. ¡Y qué nos pusimos como etiquetas desvalorisantes en la cara! Para College Boy, la prohibición de emitir el clip antes de la medianoche era una bella hipocresía. Pero eso no le impidió encontrar su camino a través de las redes sociales. Sigo siendo un pesimista optimista. O un pesimista deprimido. En Song for a Dream, escribí muchas cosas que soñé con cambiar. Debemos seguir creyendo en el hombre. Hace un año o dos, sentíamos que íbamos a estrellarnos en el muro. Y de pronto, hay pequeños signos de esperanza, los impulsos de solidaridad que permanecen.
En estos últimos años hemos visto la desaparición de algunos de sus héroes, incluyendo David Bowie...
Bowie, con Patti Smith, fue él quien me dio las ganas de hacer música. Yo admiraba mucho su universo. Él escribió tantas canciones hermosas y se fue con la misma dignidad que fue suya a lo largo de toda su carrera. Cuando comparamos esto con el funeral del compañero y manager de Céline Dion a la manera de un jefe de estado... La canción Station 13 es también una referencia directa a Station to Station, uno de mis discos favoritos. Todavía recuerdo cuando lo compré y escuché la primera vez. Un momento mágico.
Se dice que "el cuerpo envejece, pero no la mente”... ¿Esto es cierto para usted?
Yo permanezco un eterno adolescente, Eso es seguro. En todo caso, creo que nuestro universo infantil nunca nos deja.
Dicho esto, usted tiene bastante la forma...
Se necesitan para aguantar dos horas y media en el escenario. A menudo en medio de una gira, digo que es la última porque físicamente de todas formas es difícil. Pero tengo la suerte de que no me gusta ni el alcohol ni las drogas. Tal vez también tener buenos genes. Trato de tener una vida sana, cuidar de mí mismo, que también es cuidar del público. Y vivo de mi pasión, lo que me da una energía loca. El deseo sigue siendo increíble. Todavía tengo ganas, sin mirar hacia atrás.
Ustedes son las estrellas de la música francesa. ¿Cuál es su relación con este lado de apariencia y glamur?
No somos jet set en absoluto. Queremos permanecer derechos en nuestros clips. Es un poco el problema de Indochine desde el inicio, de hecho: somos demasiado rock para los amateurs de variedades y demasiado popular para la intelligentsia de la gran canción francesa. Tampoco no estamos en el margen, sólo un poco fuera de la casilla. Eso no nos impidió hablar de anorexia o de acoso escolar. Cuando le propuse a la escritora Camille Laurens, miembro del premio Femina, que nos escribiera un texto, estaba seguro de que ella odiaba lo que nosotros hacíamos. Eh, bueno, en lo absoluto. Similar para Asia Argento, con quien acabamos de hacer un magnífico clip La Vie est belle, que ya tiene un eco increíble. Estas son todavía cosas que me sorprenden.
Indochine fue el primer grupo francés en llenar el Stade de France en 2010. Dos veces en 2014. ¿Volverá en 2018, ya que estará de gira?
Bueno, no. Estamos construyendo una increíble serie de conciertos que requiere salas. Nos estamos concentrando en eso y estamos en pleno trabajo. Dicho esto, no se prohíbe rehacer un estadio antes de retirar el enchufe. Más tarde.
A pesar de todo, ¿la vida es hermosa entonces?
Sí, y depende de cada uno fabricar su propio paraíso.
Entrevista en francés: Nicola Sirkis: «L’esprit Indochine est toujours vivant», texte de Pierre Léderrey, 30/08/2017.
© Vladimir SØREN
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